Movember, ¡con dos bigotes!

A un día de despedir noviembre, queremos rendir nuestro particular homenaje a Movember. Una iniciativa que tiene mucho que ver con nosotros. ¡Va de bigotes! Y en Crazy Cookies de eso entendemos un rato. Somos fans incondicionales de barbas y bigotes. Aportan personalidad, fuerza, distinción, atrevimiento, delicadeza y mucha, mucha creatividad.

Si no, vean nuestro logo. Una simpática cookie con un bigote daliniano a la que no se le resiste nada. Y nos gustan también porque conciencian. En este caso, Movember, es una iniciativa para llamar la atención sobre la salud masculina aportándole un punto divertido al asunto. Y lo han conseguido. Año tras año, cada vez son más quienes se suman a este movimiento dejándose bigote. Tanto ellos y como ellas.

Dalí

Nosotros no podíamos ser menos. Bigote no nos hemos dejado, pero hemos diseñado una cookie muy otoñal y divertida.

Una galleta que dibujará en tu cara un simpático bigote de queso crema y azúcar glass. Una interpretación de la sabrosísima tarta de zanahoria o carrot cake (para los bilingües). Su delicada textura, en la que la zanahoria y el plátano hacen el tándem perfecto, la convierte en la elección ideal para los menos golosos. Por Movember, el otoño y los bigotes.

CarrotCakeCookie

Muy fans del azúcar moreno

Azúcar moreno Vs azúcar blanco

¿Es más sano? ¿Endulza más, menos? ¿Engorda lo mismo? Son algunas de las preguntas que sobrevuelan sobre el azúcar moreno. Hay quien piensa que todo lo que se dice sobre sus beneficios para la salud es un cuento chino más. ¡Discrepamos!

Nos declaramos fans del azúcar moreno y no sólo del moreno, sino del que procede de caña integral. Digan lo que digan es más sano. Aunque hay que tener cuidado con el que se compre, porque en muchas ocasiones, venden por azúcar moreno, azúcar blanco, refinado, al que le añaden extracto de melaza para darle ese color oscuro que le caracteriza. Vamos, que el gato por liebre también se estila en el mundo de los azúcares.

Azúcar moreno Vs azúcar blanco

La principal diferencia entre uno y otro reside en el proceso de refinamiento al que se somete el jugo de la caña de azúcar. Mientras en el blanco, el proceso de refinado es total para eliminar todas las impurezas que pueda tener, en el moreno no existe tal proceso. Así, el azúcar preserva todas sus sales minerales, fibra y vitaminas. Por tanto, más sano es.

Tampoco es lo mismo el moreno que el moreno de caña integral. El primero de ellos se obtiene añadiendo melazas al blanco, por lo que algo de refinado lleva. En el segundo caso, procede siempre de la caña de azúcar. Por tanto, a la hora de elegir un buen azúcar moreno integral hay que fijarse en su pureza.

En cuanto a si engorda más o menos, basta con que lo comprobéis vosotros mismos. Paquete de azúcar en mano veréis que 100 gramos de azúcar moreno tienen 375 calorías, mientras que el blanco tiene 397.  La diferencia no es abismal, pero chic@, puestos a contar calorías, mejor ahorrarse unas cuantas.

Y estas son las principales razones por las que en nuestra cocina sólo encontraréis azúcar moreno de caña integral, uno de los principales ingredientes de nuestras cookies. La calidad de la materia prima es lo más importante para obtener un buen resultado y cuando la cosa va de cookies, mejor no jugársela.

Mermelada casera de albérchigo

O albaricoque para los amigos 😉 En mi tierra a los albaricoques los llamamos albérchigos y la verdad es que la palabra es más divertida, da más juego y mola más. Siempre que la dices hay alguien que te pregunta extrañado «qué». Y lo cierto es que de tantos qués, hemos recurrido a toda una institución como la RAE para saber algo más sobre ella. Definición albérchigo RAE

Sorprende que el término albaricoque sea propio de lugares como Cádiz, Huelva, Jaén y Sevilla y, sin embargo, le haya ganado la batalla a su sinónimo y gran desconocido albérchigo. ¡Una pena!

El caso es que los albérchigos son una de nuestras frutas de verano preferidas. Hace unos días, tuvimos la suerte de que nos regalaran unos cuantos kilos y como somos dos y no queríamos morir empachados ni tirar uno solo de ellos, decidimos hacer mermelada. ¡Una mermelada riquísima! Casera cien por cien, como nos gusta a nosotros. Sin conservantes, ni colorantes, natural como la vida misma y facilísima.

Mermelada casera de albérchigo

INGREDIENTES

  • Albérchigos o albaricoques
  • Azúcar moreno de caña de integral ( si preferís que os quede una mermelada clara, utilizad azúcar blanco)
  • Zumo de limón

PREPARACIÓN

Hay que lavar bien los albérchigos, partirlos y quitar el tito (o hueso, pero en mi tierra le llamamos tito). Ponerlos en una cazuela junto con el azúcar y el zumo de medio limón. Nosotros no los pelamos porque nos gustan las mermeladas más rústicas, de fruta de verdad. Dejar cocer durante 40-45 minutos a fuego lento, removiendo de vez en cuando y quitando la espuma.

Una vez esterilizados los tarros de cristal -para ello, se deben introducir en una cazuela con agua hirviendo durante 10-15 minutos, escurrir y secar bien-, los rellenamos, dejamos que se enfríen y los cerramos bien. Para este último paso, es recomendable hacer el vacío al baño maría. O lo que es lo mismo, introducir los botes en una cazuela con agua hirviendo durante media horita más o menos.

Con esta mermelada, cualquier desayuno será una auténtica delicia, ya sea sobre pan tostado, queso o… ¡¡cookies!!

Mermelada casera de albérchigo

Hay huevos y huevos

Últimamente no es difícil encontrar en tiendas huevos de gallinas felices. Hay quien se echa a reír, quien se sorprende, quien piensa que qué tipo de tontería es, quien no tiene ni idea de qué va la historia, quien la apoya… Y entre estos últimos nos encontramos nosotros.

Evitar el sufrimiento animal está en mano de todos y cualquier pequeño gesto suma. No es necesario ser vegetariano -algunos comen huevos porque consideran que no se maltrata al animal- para evitar comprar huevos de gallinas ponedoras sufridoras. Gallinas estresadas que viven hacinadas en jaulas durante toda su vida, maltratadas por una industria que poco (o más bien nada) se preocupa por el bienestar animal.

Happy-Eggs-Packaging

Más allá del tamaño, hay huevos y huevos. Y gracias a la numeración que encontramos en su cáscara es fácil identificarlos. El primer número nos indica la forma en la que se cría la gallina y distinguimos los siguientes:

0: Son huevos de gallinas de producción ecológica. Gallinas en libertad que picotean a sus anchas de aquí para allá.

1: Son huevos de gallinas camperas. Se crían en el campo, en granjas, pero tienen libre acceso a una zona exterior. Para que se consideren camperas, cada gallina tiene que tener un espacio de cuatro metros cuadrados.

2: Son huevos de gallinas que campan por el suelo, pero en interior. Nunca ven la luz del sol y, por tanto, son menos felices.

3: A pesar de ser nuestro número favorito, en el caso que nos ocupa, es el número maldito. Son huevos de gallinas criadas en jaulas, que se apilan unas encima de otras, en naves completamente cerradas. Gallinas que nunca salen al exterior y que no han visto el sol ni en sus mejores sueños. Estos huevos suelen ser los más baratos y quizás es el factor precio y la falta de conocimiento lo que hacen que sean los más consumidos.

No hace mucho de la entrada en vigor de una nueva normativa europea de bienestar animal que obligaba a los países miembro a cumplir unos mínimos de calidad. Doce años nos ha llevado a los españoles adaptarnos a dicha normativa. Y nos atreveríamos a decir que aún queda un largo camino por recorrer en este sentido.

Uno de los aspectos que regula es la obligatoriedad de que todas las jaulas sean enriquecidas, es decir, que si antes las jaulas tenían 550 centímetros cuadrados por gallina y ningún equipamiento, ahora tienen que tener 750 centímetros cuadrados, una zona para escarbar, un nido para poder poner los huevos separadas del grupo, una percha para que las gallinas descansen por la noche… En definitiva, espacio y medios para que puedan llevar a cabo comportamientos innatos. No es tan raro.

A nosotros nos preocupa de dónde viene lo que comemos, por lo que os invitamos a que os suméis al consumo de huevos de gallinas felices. La diferencia económica no es tanta y entre todos contribuiremos a que los animales no sean maltratados y disfruten de una vida más feliz 🙂

La achicoria, la gran desconocida

La achicoria es una planta de la que sabíamos, tenemos que reconocerlo, más bien poco. Le habíamos oído hablar de ella a nuestra abuela. Ella no tomaba café, sino achicoria. E incluso, hemos llegado a ver cómo preparaba el brebaje en cuestión en más de una ocasión, pero poco más. Hasta que un día, un cliente muy especial, el jefe de cocina del Restaurante El Henar (Cuéllar), nos pidió cookies de achicoria. Asumido el reto, nuestro I+D se puso manos a la obra. Y, como manda una buena labor de investigación, lo primero era documentarse.

De este trabajo hemos aprendido que es una hierba robusta perenne, de la que se aprovechan las hojas, la raíz y el tallo para usos culinarios. Originaria del Viejo Mundo y salvaje. Tanto, que crece a la orilla de los caminos, en los prados y en los campos en barbecho. En Europa se cultiva en Francia, Bélgica, Alemania y España, siendo Cuéllar (Segovia) la mayor productora de achicoria de nuestro país. Ya teníamos la primera pista. Nuestro cocinero conocía la materia prima a la perfección, por lo que el trato que debíamos darle era más que exquisito. Y eso que la achicoria de exquisita y señorita tiene poco, como hemos visto.

Cookies achicoria

A la achicoria también se la conoce como ‘el café de los pobres’, ya que su uso se hizo muy popular en España en época de vacas flacas, en concreto, en la década de los 40 y 50, cuando la mayoría de los españoles tenían poco que rascar en sus bolsillos. Con su raíz tostada se hace una infusión sin cafeína, que es un buen sucedáneo del café. Hoy en día, esto ha cambiado y es más bien el café de quienes quieren cuidar su salud, por sus múltiples propiedades beneficiosas para nuestro organismo, sobre todo, para el aparato digestivo.

Es la raíz de la achicoria la que esconde estos beneficios. Depurativa, diurética y laxante, purifica la sangre y ayuda a eliminar las toxinas del hígado. Tiene un importante contenido en hierro y en fibra. Destaca también por ayudar a nuestro cuerpo a absorber mejor el calcio y otros minerales. Regula los niveles de azúcar en sangre, reduciendo el colesterol y la diabetes. ¡Vaya! Resulta que lo que parecía ser un pobrecillo hierbajo es una interesante planta medicinal.

Cookies achicoria

En la cocina la encontramos en ensalada, como verdura, en sopa, cremas, salsas y ahora… ¡En cookies! Nosotros nos decantamos por achicoria soluble, aunque también la podéis encontrar molida y tostada. Tiene un ligero sabor amargo. Hay quien dice que le recuerda al regaliz. Conseguimos una textura esponjosa, crujiente por fuera y blandita por dentro que hizo las delicias de quienes tuvieron el gusto de probarla. Y vosotros, ¿os animáis?

Por qué comer nueces todos los días

Con forma mitad corazón, mitad cerebro las nueces son un buen medicamento natural. Sus beneficios para nuestro cuerpo son innumerables, por lo que si eres de los que huyes de ellas por su alto contenido calórico, deberías ir cambiando de opinión. Eso sí, con tres al día es suficiente, no vaya a ser que en plena operación bikini te lleves un buen disgusto. No es que lo digamos nosotros, sino la Universidad de Harvard en un estudio que concluye que la tasa de mortalidad de quienes comen frutos secos es hasta un 20 por ciento inferior que la de las personas que no los consumen.

Las nueces son originarias de Asia menor y del sudeste de Europa. Aparte de ser nutritivas y energéticas, como la mayoría de los miembros de su familia, destacan por su alto contenido en grasas Omega 3, también conocido (en su pueblo) como ácido linoléico. Esto, sumado también a su contenido en fibra, calcio, hierro, cinc, vitamina B, E y polifenoles es lo que convierte a las nueces en pura medicina natural. Son buenas para mantener en forma la salud del corazón, de la piel, del cerebro… ¡Para todo!

Está infinitamente demostrado que un consumo continuado y moderado, no vayamos a pasarnos, de nueces reduce hasta en un 50 por ciento el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, como el infarto; reduce los niveles de colesterol malo en sangre; aumenta la elasticidad arterial; ayuda a reducir la hipertensión y previene la formación de coágulos.

Su riqueza en grasas saludables, al Omega 3 hay que sumarle también Omega 9, las hace muy beneficiosas para el cerebro. Previenen la pérdida de memoria; ayudan al desarrollo físico y mental; favorecen la concentración y mejoran la conexión entre las neuronas. Gracias a la serotonina, ayudan a reducir el estrés y la ansiedad y, lo mejor de todo, ¡nos ponen de buen humor! Así que, desde aquí, invitamos a todos aquellos que se levanten con el pie torcido a que incluyan un par de nueces en su desayuno que, según están las cosas, el mundo lo que necesita es gente maja 😉

Comiendo nueces, hasta la piel, los huesos y el cabello están de enhorabuena. Preferiblemente en estado puro, ya que al cocinarlas pierden la mayor parte de sus propiedades. A la hora de comprarlas, hay que saber que es mejor comprar las nueces sin cascar, enteras, pues una vez abiertas las grasas que contienen se oxidan con más rapidez.

Teniendo en cuenta estos detalles, ya ves qué forma más fácil y sabrosona de tener un cuerpo sano sanote, como dice la gran Lucía Be. Por dentro y por fuera.

Nutella Vs Nocilla, ¿cuál prefieres?

Fue una de los dilemas al que nos enfrentamos a la hora de decidir los sabores de nuestras cookies. ¿Nocilla o Nutella? Ella lo tenía claro. Él también. No coincidían. A uno de los dos le estaba delatando su edad sin enterarse. Era a ella. Hasta los años 90, la Nocilla fue la merienda por excelencia de los españoles. Tarareábamos «leche, cacao, avellanas y azúcar. Noo-ciii-llaaa» mientras quitábamos el papel de aluminio con el que nuestras madres envolvían el bocadillo. Ése que nos llevaban cuando nos iban a buscar al cole por la tarde. Ya lo dejaba claro su eslogan, Nocilla, qué meriendilla. ¡Qué tiempos aquellos! Si eres de Nocilla eres de Parchís y si eres de Nutella… ¡Ni idea!

La Nocilla fue una copia. Los italianos estuvieron más listos y en 1963 sorprendieron al mundo con su Nutella, una crema mitad avellanas y mitad cacao inspirada en la pasta gianduja. Nosotros tardamos cuatro años más en lanzar la Nocilla al mercado, pero como hasta los 90 no llegó la Nutella a España, los niños de aquellos tiempos no tuvieron que elegir. Eran de Nocilla sí o sí.

Ella lo era. Lo es. Y lo tuvo claro. La cookie sería Corazón de Nocilla. Y más, cuando se enteró de que es un producto español, de los productores de Cola-Cao. Que, por cierto, también es de este último y no de Nesquik. Hay que hacer patria y lo sabe.

Cookie Corazón de Nocilla

Las diferencias van más allá en este duelo gastronómico. Mientras la Nutella tiene un mayor porcentaje de avellanas (13%), la Nocilla se conforma con un 4%. Eso sí, la Nutella solo está disponible en versión clásica y de la Nocilla encontramos la de toda la vida -Original-, blanca y negra -Duo- y solo blanca -Nocilla Leche-. Para que digan que en España no somos innovadores. La Nocilla es una crema más sólida, más dulce y compacta; la Nutella más ligera y cremosa. En cuanto a las calorías, la Nocilla tiene 550 kcal. por 100 gramos y la Nutella 544 kcal. Salimos perdiendo o ganando, depende de cómo se mire y de cuáles sean las intenciones de cada uno. Pero, como dicen por ahí, «la vida no está hecha para contar calorías». O sí.

Otro punto a favor de la Nocilla son sus vasos. Quién no ha tenido o tiene uno de ellos como parte de su cristalería. El envase de Nutella es más soso, ¡dónde va a parar! Aunque hay que reconocer que con la historia de personalizar las etiquetas han ganado muchos puntos y conquistado el corazón de muchos españoles. Nos mola ver nuestro nombre escrito por ahí. Qué se le va a hacer.

Dicho esto, ¿y tú, cuál prefieres?

La manzana, fuente de salud

La manzana está considerada la reina de las frutas, no sólo por sus infinitas propiedades y beneficios para la salud, sino también por su versatilidad en la cocina. El manzano, árbol del que procede, es el más cultivado a nivel mundial y se estima que existen entre 5.000 y 20.000 variedades (Royal Gala, Granny Smith, Golden, Reineta, Fuji…). Su alto contenido en vitaminas y minerales la convierte en una buena fuente de salud natural. Tanto, que comer una manzana al día ayuda a preservar la salud del corazón.

Al ser una fruta rica en fibra, vitaminas A y C, hierro, calcio, magnesio, potasio y flavonoides ayuda, también, a prevenir el cáncer, las enfermedades coronarias e incluso, a mejorar la tasa de glucosa de los diabéticos tipo 2. Y, visto lo visto, razón no le falta a un refrán inglés que dice ‘an apple a day keeps the doctor away’ (una manzana al día mantiene al médico lejos).

Cookie Choco&Manzana asada

Entre sus principales componentes se encuentran las pectinas, que son un hidrato de carbono que forman parte de la fibra soluble, y un montón de aminoácidos, responsables de sus beneficios para la salud. Nombrarlos todos nos obligaría a hacer un copy&paste de Wikipedia y, como que no. Más allá de nombres, lo importante son sus poderosos efectos en nuestro organismo.

La manzana reduce los riesgos de padecer asma y otras enfermedades respiratorias, evita la acumulación del colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos, ayuda a controlar la presión arterial y reducir el riesgo de infarto, a controlar los niveles de azúcar en sangre, regula la acidez estomacal y el intestino, es diurética, depurativa… Además, un 85% de su composición es agua, por lo que resulta muy refrescante e hidratanteLo tiene todo, vamos. A ver quién se niega ahora a incluir una manzana al día en su dieta.

En la cocina también es una reinona. La podemos encontrar caramelizada, asada, en compota, en mermelada, en ensalada, con carnes, en postres… Su uso es tan versátil como imaginación tengas. Para nosotros, una irresistible combinación es con un buen chocolate. ¿Para ti?

Veganos, ¡bienvenidos!

El veganismo, mucho más que una moda pasajera, es un estilo de vida basado en el respeto a los animales. Y, obviamente, no podríamos estar hablando de respeto si incluyéramos animales en nuestra dieta. Los veganos no comen animales, ni nada que proceda de ellos. Pero van más allá. Es una actitud ética. Es el rechazo al maltrato animal en todos los sentidos. Es repudiar los circos, los zoos, los sistemas de cría intensiva, los mataderos, las granjas peleteras, las corridas de toros, los productos testados en animales… Y, en definitiva, todo aquello que suponga crueldad animal.

Nosotros vamos a centrarnos en la alimentación. Un vegano lleva una dieta libre de alimentos de origen animal, tales como la carne, el pescado, las aves, los huevos, la miel, la leche animal y sus derivados. La principal diferencia con un vegetariano es que éste consume productos animales que no suponen la muerte del animal, como pueden ser la leche, el yogur, el huevo, la miel o el queso. Y quizás, su decisión de no comer carne responda a cuestiones de salud.

En Crazy Cookies respetamos todas las opciones y siendo sinceros, estamos más próximos al vegetarianismo que al carnismo. Respecto a este último término, os animamos a que leáis ‘Por qué amamos a los perros, nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas’, de Melanie Joy. Una lectura dura que, sin duda, cambiará vuestra forma de alimentaros.

Y es este respeto el que nos ha llevado a lanzar una línea de cookies veganas. Cookies sin huevo ni lácteos, que no sólo son aptas para veganos, sino también para aquellos que son intolerantes a la lactosa. A todos, ¡bienvenidos!

¿Cuánto sabes sobre el cacao?

Poco a poco, en los próximos posts, vamos a ir desgranando todos los secretos que esconde el maravilloso mundo del cacao y del chocolate. Y decimos poco a poco, porque cuando hemos indagado sobre los orígenes del cacao, hemos encontrado un sinfín de información al respecto. Origen, el árbol, el cacao en sí, cómo se hace el chocolate, variedades, los mejores chocolates del mundo, beneficios para la salud, mitos, curiosidades… Un montón de información interesante que, sin duda, hará las delicias de los más golosos. Así que, si estás dispuesto a babear, no dudes en continuar leyendo.

La historia engancha desde el nombre. Y es que, el nombre del árbol del cacao o cacaotero, que científicamente es Theobroma cacao, significa en griego «alimento de los dioses». Según las leyendas mayas y aztecas, el cacao era un alimento divino y muchos de sus rituales sagrados se centraban en torno a esta sugerente planta.

Hoy en día, el cacao se cultiva principalmente en África del Oeste, América Central, Sudamérica y Asia. Eso sí, los primeros árboles del cacao crecían de forma natural en las selvas tropicales del Amazonas y Orinoco y se empezó a cultivar en Centroamérica, en concreto, en Honduras, hace ya un porrón de años. Los aztecas, tal y como le dijo Hernán Cortés a Carlos I de España, utilizaban el cacao como moneda de cambio. Fueron los mayas, para quienes el cacao simbolizaba vigor físico y longevidad, los que tuvieron la brillante idea de triturar las semillas del cacao y mezclarlas, probablemente, con agua para obtener un brebaje amargo, el Chocolha. Más tarde, los aztecas consumirían el cacao mezclando chile con las semillas del cacao tostadas y molidas, a las que añadían harina de maíz como emulsionante básico para absorber la manteca de cacao. El resultado era una bebida energética, pero también muy amarga y picante.

Dicen que el primer europeo en probar esta bebida pudo ser Cristóbal Colón. Sin embargo, el responsable de introducirlo en Europa fue Hernán Cortés, quien también lo introdujo en la corte española. Como no a todo el mundo le agradaba el sabor amargo, se experimentaron otras mezclas con azúcar y especias, como vainilla y canela. No está claro dónde comenzaron estas mezclas. Lo que sí sabemos es que continuaron investigando hasta que en el siglo XVII, el chocolate adquirió un sabor y textura similar a la que estamos acostumbrados hoy en día.

En 1755, los estadounidenses descubren el chocolate. La primera fábrica se fundó en 1765. Sin embargo, fue un italiano el primero en solidificar el chocolate en Turín. La primera tableta fue la de Fry and Sons, en Inglaterra sobre el año 1847. Era una mezcla de licor, cacao y azúcar que se comercializó en Birmingham en 1849 bajo el nombre de Chocolat Dèlicieux à Manger. Y ya en el siglo XX, fue Quaker Milton Hershey quien introdujo la tableta de chocolate con leche y almendras.

Hoy en día, los amantes del chocolate estamos de enhorabuena porque existe una amplia variedad de chocolates, que van desde el negro, el blanco, con leche, de cobertura, pasando por el chocolate relleno, a la taza, en polvo… La decisión es difícil de tomar, pero cada uno tiene su momento. Basta elegir el que más nos guste, disfrutar y dejarse llevar.